Sabemos que la idea es despertar el amor por la lectura para que los chicos y adolescentes busquen por sí mismos los materiales de lectura, pero si esto no ocurre siempre es conveniente tener algunos tips para hacer del hábito lector algo sencillo, atractivo y satisfactorio.
Cómo crear verdaderos hábitos de lectura y no morir en el intento
Hoy traigo aquí apartes del texto de mi conferencia realizada para el CERLALC y el Ministerio de Educación, En esta última entrega nos enfocaremos en cómo mantenernos en el intento y cómo crear un hábito lector
James Clear en un libro que leí recientemente llamado Hábitos atómicos dice que la excelencia como bien los sabemos es un hábito pero consiste en enamorarse de lo que hacemos repetidamente y ese es el gran reto
Tal como lo dice Yolanda Reyes yo prefiero hablar de amor por la lectura que de hábito de lectura, ya que si lo haces por amor, el disfrute de esos momentos viene por añadidura, es más los esperas, los pides. Pero como todo no será así, les he traído algunas afirmaciones que dice Clear para crear pequeños hábitos o como lo llama él hábitos atómicos que se irán instalando.
A. Hacerlo obvio. Se puede lograr con un compromiso en voz alta: “Yo leeré tal día a tal hora y en tal lugar”. O por acumulación de hábitos afirmando que “Después de hacer tal cosa, yo leeré tal libro” Aquí influye que en el ambiente haya señales evidentes que inviten a realizar esa acción
B. Hacerlo atractivo: Es decir, Vincularlo con una acción que le guste, un ambiente donde esa conducta sea normal y valorada.
C. Hacerlo sencillo: Aquí juega mucho la selección, la escalera del éxito en el acto de leer y cómo doy de leer. También se puede implementar lo que él llama la regla de los dos minutos que puede ser incluso la regla de las dos páginas
D. Hacerlo satisfactorio: Si bien la lectura se va haciendo un proceso de auto – gratificación, mientras esto ocurre si a los chicos les resulta difícil mantenerse puede haber un reforzamiento externo. También es recomendable hacer un registro de los días que vas poniéndote en marcha y así visualmente tienes una secuencia o cadena que no quieres romper.
¿Cuál sería entonces el rol de la escuela para apoyar este proceso lector que se viene dando en las familias? Si hablamos de estos momentos de pandemia y de escuela en casa yo lo presentaría así:
A. Visión de equipo: No buscar culpables en el éxito o fracaso de procesos lectores sino trabajar como equipo, compartiendo responsabilidades y con un excelente proceso de comunicación .
B. Selección: Apoyar a los padres en la selección de materiales de lectura, indagar y sugerir
C. Formar a los padres: Tal vez sabemos instintivamente como compartir una historia con los chicos pero los padres necesitan más recursos y actividades
D. Crear espacios virtuales para que la lectura llegue al hogar: desde mensajes de whtaspp, promoción de lectura en alguna plataforma de reuniones, uso de redes sociales como las transmisiones en vivo, entre otros y no enviar sólo guías a casa, también darle espacio a compartir un buen cuento o poesía.
E. Escucha, apoyo y acompañamiento: No se trata sólo de enviar y enviar textos y actividades, se trata también de escuchar pero no sólo la respuesta a las preguntas de comprensión de lectura que usted haga, sino dar a los chicos la oportunidad de que le cuenten cómo es su contexto lector.
Recuerde que la esencia de la lectura no está en la transmisión de información sino en vivir una experiencia.
Finalmente, ¿A dónde queremos llegar? Como diría Chambers en la última parte del círculo que denomina respuesta, puede pasar que el lector quiera experimentar otra vez el mismo placer de leer, o quiera hablarle a alguien más del libro de manera formal o informal, lo que lo ayuda a volverse un lector reflexivo y atento, y allí si que queremos llegar.
Queremos llegar a la construcción de ese lector autónomo que ha descubierto que tomar los libros por voluntad propia vale la pena, que lee por gusto, que se esfuerza por entender, que puede escribir para expresarse, que busca los libros. Y sí, es paradójico el resultado de que no se lee para aprender pero el aprendizaje se produce como consecuencia de buenas lecturas.
Y con ustedes quiero llegar a que piensen y digan bien alto: Yo promuevo la lectura como un acto de felicidad.