Los adolescentes experimentan en este momento una etapa en la que se están reconociendo a sí mismos, las emociones están a flor de piel e incluso los estados de ánimo son una ruleta, los pensamientos empiezan a formar creencias que afectan la autoestima, quieren estar solos pero paradójicamente les hacen falta sus amigos; se vuelven un tanto fatalistas ya que lo que están viviendo sólo les pasa a ellos y a nadie más ( eso dicen) ; muchos afirman que nos les gusta leer pero son los primeros en devorar los libros más largos de las sagas; no saben qué buscan en los libros pero mueren por una buena historia y no se desprenden de ellas hasta no terminar; les gusta leer si ellos eligen pero lo detestan si se les impone lo que deben leer.
En estos días ha habido muchos espacios de vacío y soledad, al tiempo que hay muchos estímulos que pueden brindar satisfacción inmediata, pero ¿qué podemos hacer como actividad constructiva que se mantenga en el tiempo y los prepare para salir fortalecidos? Aquí entra la lectura, pero dirijamos nuestra mirada primero a dos cosas:
En primer lugar, las emociones, se hace necesario saber que es necesario fortalecer autoestima o al menos trabajar lo que piensan de sí mismos y de su responsabilidad ante las situaciones que viven, tomando conciencia de un aquí y ahora sin perder de vista sus proyectos de vida o lo que quieren llegar a ser. Un adolescente requiere herramientas para reconocer sus emociones, nombrarlas y gestionarlas permitiéndose sentirlas y buscando qué otras herramientas lo harán sentir mejor. Por ejemplo, es bueno trabajar actividades que promuevan los pilares de la resiliencia como: Yo tengo, Yo soy y Yo puedo. Simplemente es llevarlos a reflexionar e ir construyendo las siguientes afirmaciones: Yo tengo, (apoyo externo) personas de apoyo, red de apoyo, acceso a salud, con quien cuentas, a quien tienes, el niño que se siente contenido, yo soy (fuerza interior) una persona que agrada a la mayoría, soy tranquilo, soy alguien que puede dar y digno de cariño, yo estoy rodeado de personas que me aprecian y el yo puedo (gestión de conflictos) yo puedo equivocarme, yo puedo sentir afecto.
Ahora bien, en segundo lugar pensemos lo siguiente, ¿qué oportunidades se ha dado el adolescente con la lectura y desde dónde la está entendiendo? En fin, ¿qué es lectura para él? ¿La habilidad necesaria para resolver guías? ¿Lo que le permite vivir en sociedad? ¿Una compañía para estos momentos de Soledad porque en cada historia encuentra un camino? O todas las anteriores. Otra pregunta válida es ¿Qué se lee y qué está leyendo? A qué le quiere dar la oportunidad. ¿Qué quiere leer? ¿Hay otros leyendo como él? ¿Cómo es su ambiente lector? ¿con quién puede hablar de lo que lee?
Si tengo en cuenta estos dos aspectos me van a estar orientando hacia estrategias y opciones.
1.¿Cómo contagiar a un adolescente? No se contagia si no has estado enfermo, si no hay bacterias en el aire; por tanto, si no lees como promotor ¿qué vas a invitar al adolescente a leer? Ahora bien, si consideras que las nuevas tecnologías son la competencia y están tan cerquita, si las ves como una amenaza, llegó el momento de cambiar esa creencia y considerar de qué manera se convierte en su aliada, explore los gustos y sea consciente de las habilidades que ellos tienen, involúcrelo y arme proyectos o expediciones lectoras en las que todo confluya y jueguen a su favor.
2.¿Qué ofrecer? En el caso del adolescente, está redescubriendo su cuerpo, sus emociones, la presión de grupo, así que las lecturas que les damos le sirven para que nombren lo innombrable y que sepa que hay situaciones que también le pasaron a otros. Todas estas historias se transforman en refugios ya que el adolescente necesita espacios para reencontrarse, reconocerse y espacio con los otros para conversar. En la literatura, oy se desarrollan más problemáticas y actitudes controversiales, búsqueda de identidad, emociones, sexualidad, aceptación en grupos.
En su selección de obras tenga en cuenta la edición: capítulos cortos y cargados de tensión, libros polémicos que nos sensibilizarán al enfrentarnos al mundo. Claro que debo comentarles que, ante una buena historia o una buena saga, la cantidad de páginas es lo que menos les importa
Algunos libros que me han dado mucho resultado recomendándolos a adolescentes son: Rafaela, Cuando callaron las armas, Chao, El mordisco de la media noche, Bonsai, Las chicas de alambre, Billy Elliot, El abrazo, Ojos de perro siberiano, Melany, Los años terribles, Todos los futbolistas van al cielo, Clase de inglés, La lluvia sabe por qué. Obras de Kafka, Poe, Pesoa, Cortázar y Camus
3.¿Cómo leer? ¿Solo o acompañado?, la soledad es la preferida. Toman el momento de lectura como un regalo, que les permite ser uno con el libro. Hay momentos en que querrá compartir lo leído en clases si el ambiente es seguro y prima la escucha y comunicación asertiva, en otros momentos acudirá al silencio, pero se dará también el encuentro con sus pares para recomendar o discutir puntos de vista
- ¿Qué desarrollar a partir de lo leído? Permíteles e invítelos a hablar del lugar donde se desenvuelve la historia, conocerlo, explorarlo, recuerde que para ellos es importante abrirse a nuevos horizontes. Invítelos a navegar por diferentes links, a recrear historias de amor comparándolas con historias actuales o contemporáneas y por favor, cuide mucho la cantidad, pero ante todo la calidad de preguntas que se hacen al finalizar una obra, no todas deben ser para darte cuenta de lo leído sino para permitir que se ponga en el lugar del otro, asumir posturas, confrontar actitudes, ayuda a que el libro le permita crecer como persona. Otra actividad que vale la pena resaltar es invitarlos a escribir ya sea de manera terapéutica o para hacer catarsis, a escribir textos de literatura, escribir canciones o buscar otras formas de expresión
Finalmente quiero recomendarles que los clubes de lectura con adolescentes son espacios vivos y excelentes para provocar momentos de encuentro entre ellos y con buenas historias que seguramente quedarán grabadas en su mente y en su corazón.