Aprendemos a comunicarnos, a poner en palabras o gestos lo que estamos pensando, lo que queremos expresar. Nos volvemos de igual manera, conscientes de cada sentimiento que tenemos y vivimos, que suceden en la relación con los espacios, las personas, los objetos y los recuerdos. Somos en ultima un cumulo de sentimientos albergados en un cajoncito llamado memoria.
Sin embargo, para llegar a ser ese “ser consiente”, es importante acercarnos a una de las formas más exquisitas de expresión, la poesía. Y sí, la poesía como expresión escrita, pero también a lo poético. Lo poético de la vida, las palabras poéticas, los lugares poéticos, los recuerdos poéticos, el arte como una expresión poética, pues si lo miramos bien, con calma y detalle, la vida en sí misma, es una expresión poética.
Pero entonces, nos preguntamos, para qué sirve la poesía y, sobre todo, en el marco de la escuela, ¿para qué leerles poesía a los estudiantes?
Debemos empezar contestando para qué sirve la poesía. Benito Taibo recordando a Jorge Luis Borges, nos dice que “La poesía sirve para lo mismo que los amaneceres, para iluminarnos, para darnos otra visión del mundo, para reconciliarnos con nosotros y conjurar a los demonios porque en la poesía está todo humano”. Y sí, es una respuesta muy bella, tan poética como podría ser, entonces, ¿cuándo presentamos poesía a los estudiantes en las escuelas? ¿se les da el justo valor como expresión escrita dentro de las escuelas?
Leer y compartir poesía con los estudiantes tiene muchas bondades, desarrolla la creatividad, despierta sentimientos y emociones, mejora la dicción, favorece la memoria, estimula hablar desde lo literario, pero también trabaja y desarrolla el ritmo, los colores, los tonos incluso la música como tal. Además, favorece la pronunciación, así como la adquisición de nuevas palabras, estimula el área de expresión corporal y trabaja las emociones y la identificación de las mismas, la imaginación y creatividad, etcétera.
Entonces, es necesario revisar la poesía de Cortázar en su poema “Happy Newyear” cuando dice:
“Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento…”.
O la poesía de Benedetti que es de las escrituras más sencillas que se le pueden presentar a los estudiantes:
“Nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía…”
La de García Lorca cuando habla de las Mariposas:
“Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Luz del candil…”
Borges cuando nos describe de manera desgarradora e irremediablemente triste la nostalgia de la ausencia:
“Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día…”
Es decir, este espacio está dedicado exclusivamente a invitarlos a leer poesía, a explorar la poesía con sus estudiantes, y claramente, a ver lo poético de la vida, en cada palabra y en cada sonrisa.
Artículo de Mariana Posada R, Socióloga, Esp. en Desarrollo Social. Apasionada por el arte francés y la literatura europea.